Se da el caso de que nuestro pisito está situado encima del de una pobre abuelita típicamente inglesa, con su típico perrito Harry, con sus típicas costumbres british, entre las que destacan la discreción y las formas tranquilas. Así que, durante las primeras semanas, las mamás estuvimos estresadas tratando de explicar a los peques que no se podía correr por el pasillo, ni levantar demasiado la voz, ni lanzar risotadas a las 10 de la noche... y que todo eso formaba parte de nuestra adaptación cultural a un país diferente, en el que las maneras de ser y estar son distintas.
Con la poor granny lo cierto es que no hemos tenido problemas hasta ahora, aunque confiamos en que esté un poco sorda porque, nos pongamos como nos pongamos, y a pesar de la consabida moqueta que cubre nuestra vivienda, no hay forma de que cuatro personas (dos de ellas de 11 años) pasen desapercibidas... Pero además es que hemos tenido muy buenas experiencias con algún otro vecino, concretamente el bueno de Pete.
Cartel del jumble trail a la entrada de nuestra patio |
Pues bien, nuestro Pete sacó su tenderete al patio que compartimos unos cuantos vecinos, y Jaime le
compró una copia de "El señor de los anillos 1", por 1 libra. Pete se la quiso regalar pero insistimos en pagarle su libra, y así quedó la cosa... Hasta que, por la noche y tras escuchar un ruido en la puerta de entrada, descubrimos que nos había metido por el buzón la segunda peli de la saga.
Desconocedora de lo que es adecuado hacer en este tipo de situaciones, se me ocurrió que los niños le llevaran una pequeña tortilla de patatas para su luch del domingo, y nuestra sorpresa fue que dos mañanas después apareció esto en nuestra puerta...
Deliciosos muffins caseros de Pete |
Lian y Jaime dispuestos a dar la batalla con sus "bizcochetas" |