lunes, 7 de diciembre de 2015

Aquí Totnes, aquí unos amigos

Llevamos aquí algo más de tres meses y este blog tiene ya un cierto recorrido, así que quizá sea momento de presentar de modo oficial la pequeña ciudad en la que vivimos, Totnes. Es una localidad peculiar por distintos motivos; uno de ellos es que, según parece, no es fácil encontrar muchas poblaciones en Inglaterra donde sea posible distinguir tan claramente el trazado milenario original.

Ese centro histórico, levantado en torno a un pequeño cerro con castillo normando y abrazado a sus pies por el río Dart, es uno de los atractivos de Totnes, igual que lo es la facilidad con la que se transita, en cortos paseos, desde la zona urbana a esa campiña amable, propia de la región de Devon.

Son rasgos que han encantado a muchos desde mucho tiempo atrás, como demuestra esta descripción, de hace cuatrocientos años, del escritor Thomas Westcote, ‘este pueblo que parece ciudad, con agradable suelo, productivos campos y aire saludable’.

Aún hoy, y a pesar del crecimiento urbano que ha ido cubriendo las colinas del entorno con los típicos barrios de vivienda baja, se puede disfrutar de todos estos atributos.

Hecha la presentación general, pasamos a dar un pequeño paseo por el centro histórico y sus principales hitos, por si os anima a hacer una visita, je, je. Por cierto, la oficina de turismo de Totnes, en colaboración con el colegio, editó un pequeño folleto muy simpático con dibujos y descripciones hechas por los alumnos de esos puntos de interés del pueblo… Una idea a copiar.

El puente y The Plains
Podemos empezar en el puente sobre el río Dart, una de las entradas principales a Totnes, que ofrece una vista preciosa de este río, tan sorprendentemente cambiante al estar afectado por las mareas, y de la zona conocida como The Plains, Los Llanos.

Estos plains son llanuras fluviales, también expuestas antiguamente a las mareas y a los episodios periódicos de inundación, pero en buena parte urbanizadas, desde hace ya siglos, como demuestra la fisonomía de los edificios que flanquean el río, antiguos almacenes hoy reconvertidos en viviendas.





















Town Mill
Desde el puente, nos acercamos al Town Mill, que ahora acoge la oficina de información turística.

Como indica su nombre, se trata de un molino de agua restaurado, donde además del centro de información encontramos una pequeña exposición sobre el desarrollo de la ciudad y un Banco de Imágenes y Archivo Rural, con una interesante colección de fotografías sobre la vida local desde mediados del siglo XIX en adelante.

Fore Street
Nada más pasar el puente, en The Plains, comienza la vía principal de Totnes, lo que sería su “calle real”.

En su arranque encontramos: el Royal Seven Stars Hotel, un punto neurálgico del pueblo que data de 1687, nada menos; los dos pilares de granito que delimitaban una de las entradas de la ciudad; y un obelisco en recuerdo de uno de los hijos ilustres de Totnes, William Wills, viajero y explorador de Australia.

Fore Street es la calle por la que todo el mundo pasa, subiendo o bajando, varias veces al día, admirando las decenas de escaparates de las tiendas de todo tipo que la flanquean. Porque Fore Street, que se continúa en High Street, es una sucesión de bonitos edificios de época, en cuyos bajos se localizan carnicerías, tradicionales locales para tomar el té, pastelerías, tiendas de regalos, de arte y artesanía de diseño, zapaterías, maravillosas tiendas de segunda mano de las charities locales… en fin, una tentación tras otra. 
 
 
 

Así que a menudo cuesta levantar la vista de los escaparates para contemplar también la variedad de estilos arquitectónicos de las casas, muchas de ellas construidas por los ricos comerciantes locales durante los siglos XVI y XVII.


The Mansion
En un lateral de Fore Street aparece la fachada principal de The Mansion, un edificio de 1795, que fue escuela en su día y continúa hoy sus funciones educativas como centro de formación comunitaria. Lamentablemente, entre el montón de propuestas de cursos para adultos no hemos encontrado ninguno de inglés para extranjeros a un precio asequible... What a shame!


La parte trasera de The Mansión cuenta con un patio muy agradable, donde tomar un té o comer algo en los días soleados. También están en esta zona los talleres de arte y manualidades y una gran sala de usos múltiples donde igual ensaya un coro, que se reúne una asociación, que se usa como aula de teatro por la escuelita cercana.


Adosada a esta parte del antiguo edificio, está la Totnes Library, una moderna biblioteca en la que hemos pasado buenos ratos chupando wifi o utilizando los demandados ordenadores de uso público. Es un lugar acogedor, muy aprovechado por los activos jubilados (de los cuales ya he hablado en otra entrada), estudiantes, mamás y niños pequeños -que cuentan con su rincón especial-, e incluso homeless, que pasan un rato calentitos, leyendo algo o consultando internet.

East Gate Arch
Este punto, justo donde Fore Street cambia de nombre y se vuelve High Street, es uno de los iconos urbanos, y señala el lugar donde se encontraba la puerta este de la antigua población. Lo chocante del caso es que el arco y los edificios que lo flanquean sufrieron un devastador incendio en época tan cercana como 1990, de forma que el arco del reloj que vemos hoy, perfectamente reconstruido, tiene menos de 25 años.

Market Square
Y llegamos por fin al corazón de Totnes, la plaza, donde todo lo que tiene cierta importancia ocurre: el mercado de los viernes, los variados mercadillos, las manifestaciones y concentraciones… 


En este lugar está además el Civic Hall, un gran espacio, capaz de albergar a mucha gente, que se emplea para todo tipo de eventos comunitarios, entre ellos el festival de cine del que os hablamos.

Uno de estos eventos, en el que no hemos participado aún, pero que suena muy bien, es el llamado Potluck, una convocatoria mensual para participar en una comida comunitaria y compartida (o sea, de sobaquillo) abierta a todo el que quiera. Una de las formas que han desarrollado los ingleses, o al menos los totnesianos, para reforzar los lazos entre vecinos… No van de cañas, pero comparten la olla.

Totnes también es original desde esta otra perspectiva, la social, pues su población es muy peculiar dentro del contexto inglés. Es otro de los rasgos que dan a la ciudad su singular atractivo. Pero, esto lo dejaremos para otra ocasión, así que ¡hasta otra! 

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